Gran decepción", "irresponsable" y "un
error para el futuro del planeta" forman parte de las reacciones en el
mundo al anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de retirar a
Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima. Un portavoz de la ONU
evocó una "gran decepción" y dijo que el secretario general, Antonio Guterres, "tiene
confianza en las ciudades, estados y empresas en Estados Unidos para continuar
-junto a otros países - (...) trabajando en pos de un crecimiento económico
sostenible y de bajar la emisiones de carbono, lo que va a crear empleo de
calidad y los mercados y garantizará la prosperidad".
El
presidente francés. Emmanuel Macro, advirtió a
su homólogo estadounidense, Donald Trump, en un intercambio "directo" que
se puede "hablar" pero que "nada es negociable en los Acuerdos
de París" sobre
el clima, indicó la presidencia francesa.
"Estados
Unidos y Francia continuarán trabajando juntos pero no sobre el tema del
clima", agregó el mandatario francés en un intercambio telefónico de cinco
minutos, precisó la misma fuente.
El
presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, estimó como
"seriamente errónea" la decisión del presidente estadounidense.
La
canciller alemana, Angela
Merkel, dijo que "lamenta" la decisión de Trump y pidió que prosiga
"la política climática que preserva nuestra Tierra".
El
presidente del Consejo italiano, Paolo Gentiloni, dijo que no se debe
"retroceder" con lo logrado en París.
La
primera ministra británica Theresa May dijo que el Acuerdo de París protege la
"prosperidad y la seguridad de las generaciones futuras".
El
primer ministro canadiense, Justin Trudeau, llamó a Trump para expresar su
"decepción" pero también le comunicó su intención de seguir trabajando
con socios internacionales para abordar el cambio climático.
En
América Latina, diversos países como Brasil y Perú
manifestaron su “profunda preocupación y decepción” por la medida adoptada.
EL ACUERDO
El acuerdo sobre cambio climático adoptado por 195 países en
diciembre de 2015 en París (Francia) trazó el camino hacia un mundo sostenible
mediante cambios drásticos en la economía global.
a meta
El objetivo del
acuerdo es contener el aumento de la temperatura "muy por debajo de los 2º
C" respecto a la era
preindustrial y "de seguir esforzándose por limitar ese aumento a 1.5º
C", aunque muchos expertos dudan de que se pueda lograr.
Si
bien, 2 o 1.5°C son objetivos muy ambiciosos, dado el nivel actual de emisiones
de gases de efecto invernadero (GEI). Los expertos del Panel Intergubernamental del
Cambio Climático (IPCC) estiman
que es
necesario reducir las emisiones entre 40% y 70% entre 2010 y 2050 para
permanecer por debajo de los 2°C.
El
acuerdo no especifica metas obligatorias a cada país, como lo hace el protocolo
de Kioto. Cada cual se fija a sí mismo sus propios objetivos de reducción de
emisiones para 2025 o 2030.
Los
planes de acción nacionales evitarían los cataclísmicos +4/5°C previsibles en
ausencia de políticas climáticas pero colocarían al planeta en una trayectoria
sumamente peligrosa de +3°C.
De
ahí la necesidad de revisar esos compromisos, para colmar la diferencia entre
1.5-2°C y 3°C, que corresponden a impactos muy diferentes.
Sobre
una base voluntaria se
prevé un balance en 2018: las oenegé presionan para que un máximo de países
cumplan y revisen al alza sus ambiciones a partir de 2020,
sobre todo tomando en cuenta que las tecnologías "verdes" serán más
accesibles.
En
el acuerdo, la
primera revisión obligatoria está prevista en 2025, fecha muy
tardía para poder respetar la meta de los 2ºC.
Los
países también
deben comunicar para 2020 su estrategia de desarrollo de baja cantidad de carbono
para 2050.
Verificación
de los compromisos
El acuerdo de París
prevé que los países rindan cuentas de las acciones programadas y de sus
resultados. Se necesita cierta flexibilidad para
ciertos países, en particular los más pobres.
Más allá de ese principio
general, queda por determinar las reglas precisas de transparencia. ¿Qué
informaciones deben incluirse en los planes nacionales y con qué grado de
detalle? ¿Qué indicadores presentar? Ése será uno de los principales temas de
la conferencia COP22 de Marruecos, que deberá decidir además una fecha límite
para fijar las reglas. Se menciona el año 2018.
La
transparencia también se aplica a la ayuda financiera y los países
desarrollados deben comunicar "cada dos años" medidas adoptadas para
ayudar a los países en desarrollo.
En 2009, los
países ricos habían prometido que su ayuda aumentaría para alcanzar 100,000
millones de dólares en 2020 para financiar infraestructuras energéticas limpias
y adaptarse al impacto negativo de calentamiento.
El texto de París
establece que los 100,000 millones de dólares son apenas un mínimo anual y
que se fijará un nuevo objetivo para 2025.
Una hoja de ruta
publicada en octubre por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE) y unos cuarenta países estima que sobre la base de los compromisos
anunciados la ayuda alcanzaría 67,000 millones
anuales en 2020(gobiernos, bancos de desarrollo y otras
instituciones). En función de los
efectos de estímulo a la inversión privada los financiamientos pasarían de
77,000 a 133,000 millones de dólares en 2020.
El acuerdo de
París prevé un reequilibrio entre las ayudas a la reducción de las emisiones,
muy mayoritarias, y la adaptación al impacto del calentamiento. Según la OCDE, sólo un 16% de la
ayuda financiera se destina actualmente a la adaptación.
La
suma de 100,000 millones puede compararse con los 3,000 a 4,000 millones de
dólares necesarios, según New Climate Economy, para asegurar una transición
hacia economías de bajo nivel de carbono, lo cual sólo podrá lograrse a través de una reorientación masiva de
las finanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario